Para aprovechar la escasa luz solar de esta fría tarde de enero, decidimos hacer una ruta corta y sin desniveles. Para ello, una vez más, elegimos uno de los innumerables recorridos que hay en las proximidades del río Ebro. Poco después de las tres de la tarde, quedamos, como de costumbre cuando salimos por esta zona, en el azud, en el lado del Paseo de Echegaray. Comenzamos tomando el camino de la Alfranca, que nace uno metros más adelante. Damos pedales por esta conocida vía del Cinturón Verde zaragozano, de enorme y singular valor natural, tantas veces disfrutada y referida por el que suscribe.
En el km ocho, llega el desvío para entrar a La Cartuja. Lo tomamos y pasamos el barrio rural bordeándolo por el lado izquierdo. Ahora, pendientes de la señalización del (GR99) Gran Recorrido Natural del Ebro nos plantamos en El Burgo. Pedaleamos por la orilla del río y de la Reserva Natural Dirigida de Sotos y Galachos del Ebro. Al pasar el Burgo, vemos el cartel que nos dice que estamos a tres kilómetros de nuestro objetivo. Proseguimos aguas abajo, rumbo a la presa de Pina, y la pista marcha por en medio de un tupido y frondoso paraje. Nos adentramos en el paisaje más atractivo, dominado por la característica y enmarañada vegetación de ribera. Obviamos la enorme cantidad de caminos que surgen en el itinerario. Muchos de ellos entran en el río, en vistosos sotos y permiten disfrutar de abundante vegetación arbórea.
Nosotros avanzamos fieles al GR y, así, nos plantamos en la presa de Pina: inmenso azud (construido en 1910) que retiene las aguas del río para alimentar las acequias de Pina y Quinto y regar ambas márgenes. Tras la parada y fotos de rigor, iniciamos la vuelta. La hacemos por el mismo lugar de la venida. Al regresar, el sol ya languidece y nos concede unos cálidos colores que crean un bonito atardecer en los alrededores del soto de Cantalobos.
Ruta llana que no presenta dificultad, toda discurre por pistas. La única contrariedad son algunos tramos con mucha piedra suelta (grava). A lo largo del recorrido se disfruta de los encantos propios, de la vegetación ribereña y de enmarañados tramos de bosque de ribera, así como galachos, meandros y sotos.
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Me encanta este camino, tanto para andar como par ir en bici. Sí, tiene mucha piedra pequeña suelta
ResponderEliminarUn saludo ;-)
Lugar ideal para pasear, correr, andar en bici. Está en un entorno natural estupendo.
EliminarSaludos.