Ruta a Perdiguera, lugar del comienzo de los Monegros zaragozanos, territorio de aridez y clima extremo. Interesante visita al Pozo
del Hielo, construido en del siglo XVI, el restaurado nevero servía para almacenar el
hielo y la nieve del invierno para su conservación y uso en los meses de
verano. En
este recorrido nos desviamos unos doscientos metros para acceder al
Geodésico Pedregal, punto que presenta buenas vistas de Leciñena y
la sierra. Luego, el itinerario atraviesa la vistosa zona de el Vedado de Peñaflor, pinar y área de recreo próxima al zaragozano barrio rural.
Comenzamos la ruta en la desembocadura del río Gállego. Pegados al cauce llegamos a la pasarela-puente de madera sobre este río, que nos deja en el barrio de Santa Isabel. Por la Avenida de La Industria, nada más pasar la gasolinera, cruzamos el puente sobre la autopista y, en la rotonda, primera salida a la derecha. Avanzamos por el asfalto unos metros y a la izquierda tomamos el camino de Ronda. Luego, giro a la derecha y por entre campos de cultivo, torres y alternando pistas, nos plantamos en Villamayor. Cruzamos el pueblo, pasamos junto a la ermita y atravesamos la carretera. Giramos a la izquierda y tomamos la Vereda de Villamayor a Farlete.
Pedaleamos dando cuenta de pequeñas cuestas que se suceden una tras otra. Nos aproximamos al barranco del Salado, el singular paisaje Monegros comienza a mostrarse. Cruzamos el arroyo por un pequeño hormigonado que han puesto recientemente. Vamos ascendiendo en dirección a la localidad de Perdiguera hasta llegar a la carretera que la une con Farlete. Giramos a la derecha y nos introducimos en el asfalto, pedaleamos durante algo menos de dos kilómetros y, a la izquierda, nada más pasar el cartel de Monegros, volvemos a tomar tierra. Lo hacemos por un ancho camino, que nos transitará hasta la monegrina Perdiguera.
Paramos un momento en la fuente y tras repostar agua cruzamos la carretera a la altura de la Hermandad de Labradores. Giramos a la derecha para poner rumbo al restaurado Pozo de Hielo, que data del siglo XVI, neveros que se construían con la finalidad de almacenar el hielo y la nieve del invierno para su conservación. Tras la visita de rigor nos ponemos de nuevo en ruta, pero antes paramos en la balsa de la Pez, próxima al pozo. Proseguimos en dirección a Peñaflor y en unos dos kilómetros nos desviamos doscientos metros por un ribazo para visitar el geodésico Pedregal., situado en la parte más destacada de una loma. Volvemos a camino principal. Visto y no visto alcanzamos el pinar del Vedado de Peñaflor, el tramo más verde de de la ruta. Dejamos la zona boscosa de pinos y bajamos hacia el barrio rural. Sin entrar en la zona de viviendas giramos a la izquierda. Ahora, por varias encrucijadas de pistas de tierra y un laberinto de caminos asfaltados entre casas de campo, llegamos al Camino de Ronda. Desde aquí retomamos el itinerario de la venida.
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